Thursday, October 16, 2014

Publicación del libro colectivo, "Discurso, Compromiso e Historia. Una aproximación sociológica al trabajo intelectual y político", por miembros del grupo HUM-536

Se acaba de editar en Barranquilla (Colombia), por la Red Hila (Red Iberoamericana en Ciencias Sociales con Enfoque de Género) y la Universidad Simón Bolívar, el volumen colectivo tituado Discurso, Compromiso, Historia. Una aproximacion sociológica al trabajo intelectual y político. El libro incluye aportaciones de María Nohemí González Martínez, María Francisca Fernández Cáceres, Juan Gustavo Núñez Olguín, Adriana Razquín Mangado y Jesús González Fisac, todos ellos miembros del grupo de investigación HUM-536, de la Universidad de Cádiz. Se inserta debajo el prólogo del libro, redactado por Francisco Vázquez, que da una idea sintética sobre su contenido.

LA INTELECTUALIDAD QUE NO CESA
por Francisco Vázquez García
La sociología y la historia de los intelectuales conocen desde las últimas décadas, un creciente interés en los ámbitos académicos de España y Latinoamérica.[1] Aunque se discute mucho sobre la pervivencia de este personaje en el mundo global, donde la concentración de la industria cultural, por no hablar de la profusión de Think Tanks articulados por grandes partidos y organizaciones económicas internacionales, deja poco margen al pensamiento independiente, no se duda en reconocer su importancia en los movimientos sociales más proactivos. Los nombres de Eduardo Galeano, Enrique Dussel, Marta Harnaecker, Vicenç Navarro, o los de José Saramago y José Luis Sampedro, recientemente fallecidos, vienen a recordarnos que la instancia del intelectual crítico, aunque sea de un modo intermitente, no ha desaparecido de nuestro horizonte.
Los intelectuales, definidos como grupo social de productores simbólicos, involucrados en el campo político, esto es, que toman posición en el debate público acerca de cuestiones de interés colectivo, componen un sujeto histórico característico del paisaje cultural latino, siendo más excepcional su presencia en el mundo anglogermánico. Esto se cumple en los estudios reunidos en esta compilación, con la notoria excepción de Judith Butler, que además es la única mujer e intelectual viva abordada en la misma.
Esta boyante historia social de los intelectuales practicada en España y América Latina, se encuentra además muy alejada del idealismo lingüístico, es decir, de la focalización exclusiva en el comentario de los grandes textos, y prefiere proyectar el examen de las obras en sus contextos sociopolíticos. Aunque Gramsci sigue suministrando herramientas decisivas en esta disciplina, los investigadores y estudiosas de España y Latinoamérica siguen manteniendo una fuerte dependencia respecto a metodologías y enfoques de procedencia francesa (Bourdieu, Charle, Sirinelli, Ory, Winock). Este nexo se advierte en los trabajos que componen este volumen, donde se deja sentir la incidencia de Bourdieu y de su escuela, aunque destaca también el intento de hacer valer una aproximación propia, que bebe además de otras fuentes, ya sea Ortega o Randall Collins.
El conjunto ofrecido al lector permite, en mayor o menor medida, atender a las distintas dimensiones del campo intelectual.[2] En primer lugar, el análisis de las trayectorias, subrayado en los trabajos de María Francisca Fernández Cáceres ("Condiciones de una decisión político-intelectual: Manuel Sacristán hacia 1956") y de Juan Gustavo Holguín ("El intelectual ante el acontecimiento histórico. El caso de Enrique Tierno Galván y su valoración de la vía chilena"). Este es el mejor modo de situar el trabajo intelectual en su contexto sociopolítico. En segundo lugar, los espacios de sociabilidad, todo ese universo de editoriales, Congresos, revistas, tertulias, asociaciones y partidos, que hacen el día a día de la vida intelectual. En este marco tiene lugar uno de los procesos privilegiados en este libro: el análisis de las recepciones y de las importaciones. Así sucede con los trabajos de Adriana Razquin ("Apuntes para una recepción de La dominación masculina de Pierre Bourdieu entre el feminismo del Estado español") sobre la acogida de La dominación masculina (1998), de Pierre Bourdieu, por el feminismo español, el de Jesús González Fisac ("Política y feminismo en Judith Butler") sobre el impacto de Butler en el feminismo, o el de María Nohemí González ("La identidad como ficción y la identidad como estrategia de agencia. La teoría de Judith Butler") sobre la instrumentación de Butler en las ciencias de la educación latinoamericanas. Por último, en todos los capítulos que componen la obra se aborda el estudio de las generaciones, y dentro de ellas, el papel desempeñado por los debates, cuyo análisis permite una verdadera vivisección del campo intelectual.[3] Aunque el modelo de las “generaciones” no parece estar hoy en su mejor momento, las autoras y autores de este libro han sabido revitalizarlo, tonificando el viejo concepto orteguiano con las aportaciones sociológicas más convenientes (Mannheim, Mauger), incorporando en particular la distinción capital entre unidad, complejo y localización generacionales.
A pesar de estos denominadores comunes, que denotan un mismo aire de familia en las colaboraciones aportadas (no en vano son resultado del trabajo en un mismo grupo de investigación, el HUM-536), el cuerpo del libro dista de ser homogéneo. Existe un marcado contraste entre acercamientos más analíticos, como los dedicados a sondear las recepciones de Bourdieu o Butler por el feminismo, o a indagar los itinerarios de Sacristán y Tierno Galván, y el texto de María Nohemí González, de naturaleza mucho más instrumental, pues propone utilizar la “caja de herramientas” butleriana para fortalecer el tratamiento de la relaciones de género en las investigaciones latinoamericanas sobre educación.
En una primera lectura, salta a la vista que los autores y autoras de los distintos capítulos ejercen como verdaderos especialistas en los temas que han elegido. Pero la erudición y el rigor no son por ello las principales virtudes que exhibe el volumen. Por una parte destaca la capacidad para explorar intersecciones entre territorios distintos; entre feminismo y teoría queer; sociología y estudios de género; entre los campos intelectuales francés y español o entre el universo político chileno y el de la filosofía española;[4] entre el comunismo occidental y el que imperaba en la península, entre género y educación. Por otro lado, cada contribución muestra un agudo sentido del problema, no se trata de descripciones planas acerca del “autor y su obra”. Estos son pretextos para afrontar conflictos de mucho calado que conectan entre sí actitudes intelectuales y tomas de posición en el terreno político, discursos y acciones.
En esta estela, Adriana Razquin se pregunta por qué ha sido tan limitada la recepción de La dominación masculina en el marco del feminismo español, tanto en el polo militante como en el académico. Jesús González Fisac interroga acerca de la difícil relación entre las propuestas de Judith Butler y el feminismo, dado que la primera pone en tela de juicio precisamente el juego de las categorías identitarias, que parece inherente a la tradición feminista.
En esta misma senda de dar sentido a las incomprensiones y cartografiar el panorama de la circulación internacional de las ideas, María Nohemí González –forjadora de la red de investigación HILA y alma de este ensayo colectivo, recurre a los conceptos de Butler para complicar y fecundar la perspectiva de género en el ámbito educativo. Este dominio, en el caso latinoamericano, se ha mostrado hasta la fecha muy reticente con los planteamientos butlerianos, prefiriendo bien el recurso a la propia herencia vernácula (Paulo Freire), bien la incursión en la tradición europea que representan Michel Foucault o Pierre Bourdieu.
Juan Gustavo Holguín, por su parte, opta por hacer chirriar escenas políticas e intelectuales dispares. Explora en qué medida la experiencia chilena del socialismo de Allende, en su éxito inicial y en su trágica interrupción, modificó la trayectoria intelectual de un gran marxista español, Enrique Tierno Galván, a la vez pensador y hombre político. Le acompaña, en el trabajo que cierra la recopilación, María Francisca Fernández Cáceres. Esta pretende dar cuenta de otro enigma asociado al análisis de una trayectoria. ¿Cómo explicar el viraje político hacia el compromiso comunista en un filósofo formado en el falangismo y autor de una tesis doctoral, redactada hacia 1957, sobre Martin Heidegger? Se trata de un experimento con vistas a relacionar una singladura intelectual con un contexto político y filosófico cambiante, tanto en España como en la escena internacional.
En este afán por atender a lo afilado del problema, por mantenerse en la tensión más allá de la plácida explicación histórica retrospectiva, donde todas las piezas parecerían encajar armónicamente en la trama narrativa, las contribuciones de este libro revelan el fuelle filosófico de quienes lo han compuesto. En todas ellas se trata de pensar, esto es, no de obviar las dificultades sino de insistir en ellas. Su trabajo no aporta sólo un resultado tangible, producto de una colaboración entre las dos orillas del Atlántico; es también la promesa de un fructífero porvenir.   


[1] Un ejemplo, en este último caso, lo constituye la obra coordinada por Altamirano, Carlos (dir.): Historia de los intelectuales en América Latina, 2 vols., Buenos Aires, Katz Editores, 2010
[2] En la delimitación de estas dimensiones seguimos a Morente Valero, Francisco: “Más allá del páramo. La historia de los intelectuales durante el franquismo”, en Frías, C., Ledesma, J. L. y Rodrigo, J. (eds.): Reevaluaciones. Historias locales y miradas globales. Actas del VII Congreso de Historia Local de Aragón, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2011, pp. 41-76
[3] Esta importancia de los debates ha sido recientemente enfatizada por Moreno Pestaña, José Luis: La norma de la filosofía. La configuración de patrón filosófico español tras la Guerra Civil, Madrid, Biblioteca Nueva, 2013
[4] Sobre la escasez y necesidad de estudios comparados entre campos intelectuales de países diferentes, véase Cristophe Charle: Les intellectuels en Europe au XIXe siècle. Essai d’histoire comparée, Paris, Seuil, 2001, p. 11

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