Saturday, February 24, 2018

22 de febrero: fallecimiento de Jacobo Muñoz (1942-2018)

Jacobo Muñoz falleció el jueves 22 en Madrid. Desde la consternación producida por su pérdida, los compañeros de las áreas filosóficas de la Universidad de Cádiz, con los que Jacobo se sentía muy unido, nos sumamos a las muestras de pésame y de homenaje hacia el que fue maestro y amigo. De él recordaremos sobre todo su generosidad, su conversación inteligente y divertida y su sabiduría.
Pueden verse aquí los artículos de Francisco Martínez (Mundo Obrero), Francesc Arroyo (El País) y Germán Cano (El Cultural), publicados con motivo del fallecimiento de Jacobo Muñoz:
http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=7792  
https://elpais.com/cultura/2018/02/23/actualidad/1519408972_057913.html
http://www.elcultural.com/noticias/letras/Jacobo-Munoz-en-la-Transicion-filosofica-espanola/11813
Por otra parte, por deferencia del profesor Francisco Martínez, catedrático de filosofía de la UNED, contamos con los enlaces que nos permiten seguir las intervenciones de Jacobo Muñoz en distintas sesiones de trabajo organizadas por el área de filosofía de la UNED:

Finalmente, eproduzco debajo un fragmento del texto que escribí para el volumen colectivo, Consideraciones Intempestivas. En torno a Jacobo Muñoz, Madrid, Biblioteca Nueva, 2015

Un estilo filosófico transmitido a sus discípulos
En este periodo Jacobo Muñoz, gracias a su capacidad para promover proyectos intelectuales y dinamizar a su alrededor las energías creativas, va a fraguar una red de discípulos, colaboradores y contactos. Sólo hay que echar un vistazo a la nómina de sus doctorandos para comprobar la importante función de tutela y respaldo que Jacobo Muñoz ha desempeñado en relación con las nuevas hornadas de filósofos españoles: Martínez Marzoa, Cristina de Peretti,[1] José Luis Pardo, Salvador Mas, Artuto Leyte, Ángeles J. Perona, Eugenio Moya, Yolanda Ruano, Álvarez Yagüez, Ramón J. del Castillo, Ángel M. Faerna, Pablo López Álvarez, Luis Arenas, Germán Cano, por mencionar sólo algunos de ellos. A estos vínculos hay que añadir los que proceden de su relación con Lledó, en su etapa barcelonesa (Manuel Cruz), de los antiguos nexos valencianos (Celia Amorós, Josep Lluis Blasco y posteriormente Vicente Sanfélix) o del magisterio reconocido entre profesores de Universidades como las de la UNED (Ramón del Castillo, Cristina de Peretti, Salvador Mas), Castilla La Mancha (Ángel Faerna), Extremadura (Isidoro Reguera) y Cádiz (Ramón Vargas-Machuca, Antonio Frías, Carlos Mougán, Francisco Vázquez, José Luis Moreno Pestaña) .
Pero este incremento exponencial en el capital académico, escolar y social, acaecido en la fase madrileña de Jacobo Muñoz, carece de sentido si no se tiene en cuenta la renovación y reorientación de sus recursos filosóficos a lo largo de los últimos veinticinco años.
Como es sabido, en la época de su pertenencia al grupo sacristaniano, el trabajo de importación y por tanto de recreación teórica[2] desempeñado por Jacobo Muñoz, tenía dos ámbitos principales de referencia.[3] Por una parte la tradición analítica en su sentido más amplio, desde el Círculo de Viena hasta la pragmalingüística anglosajona, teniendo como punto de partida principal la obra de Wittgenstein.[4] Por otro lado, los marxismos occidentales (Marx y Engels incluidos); de una parte las versiones más críticas procedentes del Este (Lukács y su escuela, Adam Schaff) y de otra la Escuela de Frankfurt (principalmente Adorno y Horkheimer).[5]
El diálogo posible entre el análisis y estas tendencias del marxismo occidental[6] ocupan un lugar preeminente en esta primera producción, muy marcada por los trabajos de Manuel Sacristán. En esta misma estela se localiza la crítica de Muñoz a las posiciones althusserianas, el interés por los aspectos epistémicos del marxismo (de ahí por ejemplo la importancia concedida a la reflexión de Zeleny sobre la estructura lógica El capital)[7], la tematización de este legado en clave de ciencia de las “totalidades concretas” con intención transformadora y la búsqueda de la complementariedad entre filosofía de la ciencia de herencia analítica y crítica de las ideologías.[8] En esta singladura destaca en especial, en este caso marcando un cierto contraste con Sacristán, su aproximación a la Teoría Crítica frankfurtiana. Su interés preferente por las implicaciones metodológicas y epistemológicas de esta perspectiva lo acercan, desde muy temprano,[9] a las lecturas que se estaban proponiendo en la década de los setenta por parte de algunos sociólogos españoles (Jiménez Blanco, Julio Carabaña, Carlos Moya, Rodríguez Ibáñez, José Vericat).[10] Al mismo tiempo, este tipo de preocupaciones lo alejaba de la recepción, preeminentemente utópica, escatológica, de lo que en otro lugar hemos denominado el “polo religioso” del “nódulo de Aranguren”[11] (Mardones, Gimbernat, Fraijó, Estrada, Adela Cortina, Reyes Mate),[12] muy marcado en los setenta por la obra de Ernst Bloch.[13] Una prueba del aprecio de Jacobo Muñoz por los hallazgos científicos asociados a la Teoría Crítica antes que por su proyección utópica, lo constituye el hecho de que considerara que “lo más duradero”[14]  de esta corriente no eran sus construcciones más especulativas (como la Dialéctica de la Ilustración) sino trabajos de corte más empírico, como los Estudios sobre autoridad y familia, las investigaciones sobre la “personalidad autoritaria” o los análisis de los medios de comunicación y la industria cultural.
Para apreciar las continuidades pero también las reorientaciones teóricas de Jacobo Muñoz (las reconversiones de su capital filosófico), basta con comparar los contenidos de Lecturas de filosofía contemporánea (1978) con los ofrecidos en Figuras del desasosiego moderno (2002), que reúne trabajos publicados desde 1985. Como sucede en otros filósofos españoles de su misma unidad generacional, el problema de la reconstrucción de la racionalidad a partir del diálogo entre análisis y marxismo, que había ocupado el centro de atención del campo en la década de los setenta, deja su lugar a la preocupación por el nihilismo como destino de Occidente y al problema del papel de la filosofía tras la quiebra del proyecto moderno.
En este contexto se prosigue, como se verá, con la reinterpretación del legado frankfurtiano, pero a la reflexión sobre Adorno y Horkheimer se une ahora, en primer plano, la presencia de Benjamin,[15] y se contrastan los diagnósticos frankfurtianos de la modernidad con los derivados del análisis propuesto por Max Weber. Por otro lado, la meditación sobre la crítica nietzscheana[16] y heideggeriana[17] del legado moderno pasa a ocupar una posición central. Siguiendo este mismo hilo y asumiendo la necesidad de redefinir la categoría de sujeto y de sujeto revolucionario, se sitúa el interés por el postestructuralismo francés (Lyotard y Foucault principalmente)[18] y por el feminismo.[19] Por otra parte, la inquietud por la deriva reciente de la filosofía analítica se ha cifrado en una renovada atención por el pragmatismo.[20]
En este panorama contemporáneo de la crisis de la modernidad, Jacobo Muñoz ha defendido la necesidad de aguzar la autoconciencia crítica de nuestro propio tiempo, emprendiendo una “ilustración de la ilustración” que siga el camino “de un sujeto y una razón fuertes”,[21] “soporte último de un humanismo mínimo”,[22] aun reconociendo su factura histórica y la imposibilidad de un Gran Relato reconciliador.
Finalmente, ante el escenario de fragmentación y de aparente inanidad creativa de la filosofía en nuestro país, donde abundan los “intérpretes excelentes” pero escasean los “compositores resueltos”,[23] Jacobo Muñoz está acometiendo un importante esfuerzo para repensar la tradición filosófica española. Aquí se ubica su interpelación por la obra de Ortega y Gasset[24] y el diálogo con algunas cumbres del pensamiento hispánico contemporáneo, desde Santayana[25] y Fernando de los Ríos[26] hasta Eugenio Trías[27] y Emilio Lledó.[28] La puesta en marcha de la colección “Pensar en Español”, codirigida por Jacobo Muñoz y Francisco José Martín constituye la iniciativa editorial más importante de esta nueva preocupación.
Resultaría muy prolijo detallar el modo en que la reflexión de Jacobo Muñoz sobre todas estas corrientes ha contribuido a animar en España el debate sobre el pragmatismo (Ángel Faerna, Ramón J. del Castillo, Carlos Mougán), la epistemología y la filosofía de la técnica (Vicente Sanfélix, Eugenio Moya, Salvador Mas, Ángel Valero), el feminismo (Celia Amorós, Ángeles J. Perona) o el postestructuralismo (José Luis Pardo, Germán Cano, Javier Ugarte, Francisco Vázquez, José Luis Moreno Pestaña). 
Finaliza así nuestro recorrido por la trayectoria de un outsider que aterrizó en un medio hostil, como era la sección filosófica de la Complutense, y que en solitario, al menos durante los primeros años, introdujo en ese recinto universitario el clamor de los debates y de las corrientes más fecundas del pensamiento contemporáneo. Al mismo tiempo, supo fraguar, con un trabajo ciclópeo, una red de discípulos y de colaboradores que seguimos llevando la impronta de su estilo.



[1] Cristina de Peretti, se formó inicialmente con Ángel Currás, un profesor que, de forma totalmente aislada y en un medio tan complicado como el de la UCM, comenzó a difundir a finales de los 70 la obra de Derrida y Deleuze. Su fallecimiento en 1979 con 33 años frustró este proceso de formación.  Por eso De Peretti recurrió a alguien recién llegado y  lo suficientemente abierto como para permitirle proseguir sus estudios de tesis doctoral sobre Derrida. Véase De Peretti, C.: “Mi vida en deconstrucción. Erre que erre”, Daimon. Revista de Filosofía, 19 (1999), pp. 103-110
[2] Pinto, L.: “Introduction” à Pinto, L. (dir.): Le commerce des idées philosophiques, Paris, Éditions du Croquant, 2009, pp. 9-15
[3] A esto habría que añadir, como se ha señalado antes, la reflexión sobre la literatura contemporánea, tanto en la tradición francesa (Baudelaire, Genet, Flaubert) como en la germánica (Goethe, Musil, Kraus, Thomas Mann)
[4] Véase Muñoz, J.: “Lenguaje y filosofía”, Revista de Occidente, nº 109, (1972), pp. 76-89, donde la corriente analítica queda emplazada en el “giro lingüístico” de la filosofía contemporánea, afectando también  tanto al marxismo (Schaff, Klaus) como a la hermenéutica de tronco fenomenológico (Gadamer, Ricoeur). Véase también Muñoz, J.: “Después de Wittgenstein”. Prólogo a Hartnack, J.: Wittgenstein y la filosofía contemporánea, Barcelona, Ariel, 1972, pp. 5-25
[5] Véase Muñoz, J.: “Nota marginal a una polémica”. Prefacio a Th. W. Adorno et. Al.: La disputa del positivismo en la sociología alemana, Barcelona, Grijalbo, 1973, pp. 7-9 y los trabajos sobre  Lukács, Schaff y la escuela de Frankfurt contenidos en Muñoz, J.: Lecturas de filosofía contemporánea, op. cit. En su reseña de La disputa del positivismo, Fernando Savater sugiere la alineación de Jacobo Muñoz entre las filas de los “analíticos”. Véase Savater, F.: “Una disputa fundamental”, Triunfo, 6-1-1973, pp. 44-45
[6] Frente a las contraposiciones manualísticas y de signo polémico entre razón analítica y razón dialéctica, muy al uso en esa época, Jacobo Muñoz sugiere que se trata de “dos funciones distintas (..) de un mismo recurso instrumental” (Muñoz, J.: “Nota marginal a una polémica”, op. cit., p.8)
[7]Esta atención al trabajo de Jindrich Zeleny, La estructura lógica de “El capital” de Marx (cuya traducción editó nuestro autor en Grijalbo, 1974) se sostiene a lo largo de toda la trayectoria de Jacobo Muñoz. Está presente en el artículo sobre “Marxismo” que redactó para el diccionario dirigido por Quintanilla, en las Lecturas de filosofía contemporánea (p. 190) y recientemente en Muñoz, J.: “Karl Marx: Razon y emancipacion”, estudio introductorio a Marx, K., Antología, Madrid, Gredos, 2012, pp. XI-CIII, p. XLII 
[8] Muñoz, J.: Lecturas de filosofía contemporánea, op. cit., p. 129
[9] Muñoz, J.: “Nota marginal a una polémica”, op. cit., p. 8
[10]Mardones, J. Mª: “La recepción de la Teoría Crítica en España”, Isegoría, 1 (1990), p. 132 y Gómez, V.: “La teoría crítica en España”, op. cit., pp. 19-21; Castro Nogueira, L.: “La recepción de la Escuela de Frankfurt en España” en Blanc, A. y Vincent, J.M. (dir.): La recepción de la Escuela de Frankfurt, Buenos Aires, Nueva Visión, p. 196  y López de Lizaga, J.L.: “La recepción de Adorno en España”, op. cit., p. 270
[11]Vázquez García, F.: La filosofía española. Herederos y pretendientes, pp. 190-201
[12] El punto de partida de esta recepción lo constituyó en cierto modo el seminario sobre la Escuela de Frankfurt celebrado en marzo de 1972  en el Instituto Fe y Secularidad. La Universidad de Deusto, a partir de los años 70, sería otro de los centros difusores de esta interpretación. Véase Mardones, J. Mª: “La recepción de la Teoría Crítica en España”,  pp. 133-138 y Gómez, V.: “La teoría crítica en España”, op. cit., p. 27
[13] Al “mesianismo” atenuado de la Teoría Crítica, en contraste con el de Lukàcs en Historia y conciencia de clase, se refiere Muñoz, J.: Lecturas de filosofía contemporánea, op. cit., p. 170
[14] Id., p. 191
[15]Muñoz, J.: “La mirada del ángel (nota sobre el marxismo imposible de W. Benjamin)”, op. cit. A este “boom Benjamin” que arrancó en 1992 (justo el año en que se publica el citado trabajo de Muñoz) se ha referido Gómez, V.: “La teoría crítica en España”, op. cit., p. 33
[16] En la colección “Biblioteca Nietzscheana”, dirigida por Jacobo Muñoz en la editorial Biblioteca Nueva han aparecido hasta la fecha catorce  nuevas traducciones castellanas de obras de Nietzsche, debidas, entre otros, a Juan B. Llinares, Germán Cano y el propio Jacobo Muñoz. Por otra parte, en la Biblioteca Nietzsche, serie Estudios, dirigida también por Jacobo Muñoz, han aparecido hasta la fecha siete monografías sobre el pensador alemán. Entre sus autores mencionamos, entre otros, a Germán Cano y a  Manuel Barrios. Sobre Nietzsche, puede verse también Muñoz, J.: “Nihilismo y crítica de la religión en Nietzsche” en Fraijó, M. (ed.): Filosofía de la religión, Madrid, Trotta, 1994, pp. 345-359 y Muñoz, J.: “¿Qué Nietzsche se leerá en el siglo XXI?”, Cuadernos del Ateneno de La Laguna, 9 (2000), pp. 6-11
[17]Véase en especial Muñoz, J.: “Sólo un dios puede aún salvarnos” en Heidegger o el final de la filosofía, op. cit., reed en Muñoz, J.: Figuras del desasosiego moderno. Encrucijadas filosóficas de nuestro tiempo, Madrid, Antonio Machado libros, 2002, pp. 67-89
[18] Muñoz, J.: “La alternativa del disenso”. Introducción a Lyotard, J.F.: ¿Por qué filosofar?, Barcelona, Paidós, 1989, pp. 9-78, reeditado en Muñoz, J.: Figuras del desasosiego moderno, op. cit., pp. 189-251 y López Álvarez, P. y Muñoz, J.: “Foucault contra Foucault” en López Álvarez, P. y Muñoz, J. (eds.): La impaciencia de la libertad López Álvarez, P. y Muñoz, J. (eds.): La impaciencia de la libertad, op. cit.,  pp. 15-22
[19]Muñoz, J.: “Anatomía no es destino (feminismo de la igualdad y sujeto verosímil)” en Figuras del desasosiego moderno, op. cit., pp. 401-416 (sobre Celia Amorós)
[20] Muñoz, J.: “¿Heidegger pragmatista?” en Arenas, L., Muñoz, J. y Perona, A.J. (eds.): El retorno del pragmatismo, pp. 101-121, reeditado en Figuras del desasosiego moderno, op. cit., pp. 439-471. En esta misma onda se inscribe la preocupación por el debate sobre el realismo en la última filosofía analítica. Véase Muñoz, J.: “Más problemas con e l realismo”, op. cit. y Muñoz, J.: “La pluralidad de los mundos (notas sobre realismo y relativismo)” en Arenas, L., Muñoz, J. y Perona, A.J. (eds.): El desafío del relativismo, op. cit., pp. 17-28
[21] Muñoz, J.: Figuras del desasosiego moderno, op. cit., p. 412
[22] Muñoz, J.: “La ‘Dialéctica de la Ilustración’, medio siglo después”, en Muguerza, J. y Cerezo, P. (eds.): La filosofía hoy, Barcelona, Crítica, 2000,  p. 61
[23] Muñoz, J.: “El nuevo pensamiento español”, El Cultural, 27 de septiembre de 2000
[24] Muñoz, J.: “El estatuto espistemológico de las creencias en José Ortega y Gasset”  De Salas, J. y Rodríguez Santos C. (eds.): Estudios sobre la creencia en Ortega (I), Madrid, Fundación José Ortega y Gasset, 1994, pp. 31-47;Domínguez, A., De Salas, J. y Muñoz, J.: El primado de la vida. (Cultura, estética y política en Ortega), op. cit; Muñoz, J.: “Ortega y Goethe. Crónica breve de una “afinidad electiva”. Introducción a Ortega y Gasset. J.: Carta a un alemán. Pidiendo un Goethe desde dentro, Madrid, Biblioteca  Nueva, 2004, pp.  17-37; Muñoz, J.: “Trabajar, saber, gozar” en El Madrid de José Ortega y Gasset, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2006,  pp. 171-193
[25] Muñoz, J. y Martín, F.J. (eds.): El animal  humano. Debate en torno a Jorge Santayana, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007
[26]Muñoz, J.: “Introducción” a De los Ríos, F., El sentido humanista del socialismo, Madrid, Biblioteca Nueva, 2006, pp. 6-32
[27]Muñoz, J. y Martín, F.J. (eds.): La filosofía del límite. Debate con Eugenio Trías, Madrid, Biblioteca Nueva, 2005
[28] Muñoz, J.:“Mundo, lenguaje, memoria (Nota sobre la semántica filosófica de Emilio Lledó)” en A.A.V.V.: Historia, lenguaje, sociedad. Homenaje a Emilio Lledó, Barcelona, Crítica, 1989, pp. 330-337 y Muñoz, J. y Martín, F.J. (eds.): El texto de la vida. Debate con Emilio Lledó, Madrid, Biblioteca Nueva, 2011