El pasado viernes 19 de octubre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, tuvo lugar el acto de defensa de la tesis doctoral de Geoffroy Huard de la Marre, titulada Histoire de l’Homosexualité en France et en Espagne. Discours, subcultures et pratiques (1945-1975). El acto de defensa contó con la presencia de los dos directores de la tesis, Didier Eribon (Université de Picardie Jules Verne) y Francisco Vázquez García (Universidad de Cádiz). El tribunal que calificó el trabajo con la máxima nota ("apto cum laude" por unanimidad), estaba formado por José Antonio Nieto Piñeroba (UNED), Leonor Acosta Bustamante (Universidad de Cádiz), Virginie de Luca Barrusse (Université de Picardie, Jules Verne), Óscar Guasch Andreu (Universidad Autónoma de Barcelona) y Javier Ugarte Pérez (I. E.S. Galileo Galilei).
Reproducimos debajo, el texto redactado por Geoffroy Huard para la defensa de este excelente trabajo:
Señor Presidente, señoras y
señores miembros del tribunal,
Antes de exponer las
tesis defendidas en mi trabajo, quisiera en primer lugar agradecer a mis
directores de tesis aquí presentes, Didier Eribon y Francisco Vázquez García,
por todo el apoyo tanto académico como humano que me han proporcionado a lo
largo de estos últimos cuatro años. Agradecer también a la Universidad de Cádiz
que me concedió una beca/contrato de formación del personal investigador sin la
cual nada hubiera sido posible. Como ya lo han visto ustedes, he podido
disfrutar de numerosas estancias de investigación tanto en España, Francia,
Estados Unidos como Reino Unido, que me han permitido llevar a cabo el trabajo
que hoy tienen entre las manos.
Este trabajo doctoral
se inscribe en la historia cultural y social de la sexualidad y de la
sociología de la sexualidad y de la dominación.
Esta tesis era en un principio una monografía sobre el
Frente Homosexual de Acción Revolucionaria en Francia (FHAR, 1971-1974). Quería
analizar la importancia tan relevante que adquirió un movimiento tan efímero, y
estudiar la influencia que tuvo en España y en México donde surgieron poco
tiempo después movimientos con el mismo nombre. Pero pronto mis investigaciones
en los archivos me mostraron que la focalización del FHAR sobre el supuesto
aumento de la represión de los homosexuales desde la subenmienda Mirguet de
1960 y las críticas al movimiento homófilo anterior, la asociación Arcadie de
André Baudry (1954-1982), eran inexactas y me llevaron por tanto a remontarme
hasta la posguerra para estudiar el contexto más amplio del mundo homosexual.
Ya no se trataba de concentrarse sobre uno o dos movimientos, sino estudiar
todo el "mundo gay" desde 1945 hasta el final del periodo
revolucionario con el fin de restituir el contexto socio-político, los
discursos y la subcultura gay en Francia y en España donde Arcadie desempeñó
también una labor muy importante y donde el FHAR influenció igualmente a los
movimientos que surgieron a finales del franquismo. Pensé que de esta manera se
podía evitar caer en la mitificación del FHAR y de la "liberación"
como ha sido el caso hasta una fecha reciente. Probablemente esta crítica de la
mitificación de los movimientos de liberación no hubiera sido posible sin los
trabajos de George Chauncey.
A partir de ese trabajo de Chauncey, he querido ver si otros
mitos caracterizaban también la historia gay después de la Segunda Guerra
Mundial en Francia y en España. Gracias a todos los archivos inéditos
consultados, muestro que un mundo gay masculino fue también sumamente
desarrollado y visible tanto en París como en Barcelona entre 1945 y 1975. Me
he preguntado entonces cómo era posible que hubiéramos olvidado hoy ese pasado
tan visible y tan amplio, al que incluso periódicos de la época hacían
referencia ¿Por qué ninguna investigación se ha llevado a cabo sobre ese
periodo mientras existen estudios sobre periodos anteriores y sobre los
movimientos a partir de los años 1970[1]? Parece
que los análisis de los movimientos de liberación a partir de los años 1970 y
su éxito posterior instauraron categorías retrospectivas de análisis binarios
sobre la memoria gay. Esas categorías eran simplificadoras y no tenían sentido
para las generaciones anteriores a los movimientos de liberación: antes/después;
invisibilidad/visibilidad; estar en el armario/salir del armario; silencio/toma
de palabra; persecución/liberación[2]. Estas
categorías de análisis binarios llevaron a las generaciones posteriores a
pensar el mundo gay anterior de manera sesgada y caricaturesca. Por
consiguiente, este trabajo propone analizar el mito de la
"liberación" a partir de los años 1970 y critica tres ideas
preconcebidas: la invisibilidad, el silencio y la persecución a los cuales los
gays habrían sido condenados[3]. En
efecto, prácticamente todas las publicaciones desde los años 1970 consideran
que el mundo gay era cuasi inexistente antes de esta fecha. No habría habido
"nada" "antes", o muy poco, únicamente el
"silencio" al que los homosexuales estaban condenados debido a la
"persecución". Solo "después" de los movimientos de
liberación, los gays se habrían organizado en "movimiento" para
luchar contra la represión.
Es cierto que movimientos como los que conocemos hoy no
existían. Sin embargo, existían asociaciones como Arcadie o grupúsculos como el
Agrupamiento Homófilo para la Igualdad Sexual (AGHOIS) que tenían otra
organización a la de los grupos revolucionarios y otras maneras de pensar la
"homofilia". Sin embargo lo que se materializó en las memorias fue la
politización de la homosexualidad por los movimientos de liberación, a pesar de
su breve existencia. ¿Cómo unos movimientos revolucionarios tan efímeros
pudieron adquirir una importancia tan relevante? Esa importancia simbólica se
debe en parte a que numerosos militantes revolucionarios ocuparon a partir de
finales de los años 1970 cargos importantes en el periodismo cultural y
difundieron esa lectura política, criticando al mismo tiempo las
interpretaciones anteriores. Las caricaturas que sufrió Arcadie son en este
caso paradigmáticas. Fue también una de las razones principales por la que casi
nadie estudió ese periodo.
Esta importancia dada a los "movimientos de
liberación" focalizó también la atención de l@s investigador@s sobre
movimientos o asociaciones sin estudiar las culturas gays o los modos de vida,
como si estos últimos estuvieran intrínsecamente ligados a los movimientos[4]. No
obstante, desde el libro deslumbrante de George Chauncey, algunas obras de
desigual importancia han visto la luz. En España, solo existen tres obras sobre
los homosexuales bajo el régimen franquista y caen en el mito de la persecución
basándose en un número muy limitado de testimonios[5]. En los
países anglo-sajones, además del trabajo de Chauncey, la investigación de Matt
Houlbrook se propone restituir el Londres queer[6]. Esta
focalización sobre la sexualidad y la sociabilidad permitió hacer más visible
la cultura de las clases populares, totalmente ausente de los estudios que se
concentraban solamente en las asociaciones, la literatura o el cine[7]. En
efecto, a pesar de la importancia del trabajo de Alberto Mira, esos estudios,
en su mayoría, analizan las interpretaciones de la homosexualidad en la obra de
un autor o de un director, pero éstas se limitaban a menudo a representaciones
de los homosexuales burgueses o a caricaturas de los homosexuales de las clases
populares. No restituyen los modos de vida de los homosexuales y menos aún de
los homosexuales de las clases populares. Son esas prácticas las que he querido
restituir aquí.
Por consiguiente, esta investigación es una historia
sociocultural de la homosexualidad. Propongo reconstituir la geografía, las
culturas y las políticas relativas a la homosexualidad en España y en Francia
entre 1945 y 1975. Analizo en primer lugar los discursos sabios sobre la
homosexualidad pues los discursos médicos, religiosos, jurídicos y de la
opinión pública fueron las herramientas principales que configuraron el
"sistema cultural heterosexual" según la expresión de George Chauncey[8]. Esos
diversos discursos han adquirido mucha importancia desde La voluntad de saber, pues según Foucault, fueron esos discursos
médicos los que crearon el "personaje" del homosexual a finales del
siglo XIX[9].
Chauncey muestra sin embargo que las representaciones y las identidades gays se
crearon en la cultura popular y fueron creadas por ésta, no en y por los
discursos científicos. Según él, las representaciones y las identidades no eran
una creación de los discursos científicos porque se limitaban a revistas muy
especializadas y tenían, pues, una influencia muy débil sobre los gays. Incluso
me parece que según las investigaciones que llevé a cabo esos discursos
científicos constituían más bien la respuesta de las autoridades ante la
"visibilidad" cada vez mayor del mundo gay, pues hacían siempre
referencia a esa "visibilidad", al "desarrollo" o al
"aumento" de ese "vicio".
Para contrarrestar el aumento de ese "vicio", los
médicos recurrían al psicologismo. La homosexualidad se consideraba como un
problema psicológico del individuo a causa de problemas educativos. Esos
discursos no describían realmente la homosexualidad. Establecían más bien
fronteras entre el mundo "normal" y el mundo de la
"inversión". Así, los científicos ponían de relieve la diferencia
sexual como un "deber" (el papel del padre, de la madre), la
protección de los menores frente a la "corrupción" de los adultos y
daban numerosos consejos prácticos a los padres, a los educadores y a los
juristas para evitar esa "desviación". Pues esos discursos no podían
funcionar de manera autónoma. Se necesitaban el uno al otro. Por ejemplo, las
nociones médicas de "perversión", "paro del desarrollo",
"inmadurez" funcionaban también en el campo jurídico. A la inversa,
las nociones jurídicas funcionaban en el campo médico y las nociones médicas en
el campo religioso. En numerosos casos, los jueces precisaban la ayuda de
"especialistas" para obtener informes sobre la persona biológica,
psíquica y social del delincuente. Esta ayuda les orientaba para encontrar la
solución jurídica adecuada[10].
He querido explicar así cuáles fueron los potentes
mecanismos que impusieron de manera tan fehaciente tanto en el cuerpo social
como en los psiquismos individuales la
idea según la cual la homosexualidad sería "contranatura". ¿Qué
estructuras permitieron que esta idea se convirtiera en una evidencia? ¿Cuáles
fueron los mecanismos de esas instituciones que permitían reproducir en el
orden social lo eterno heterosexual? Para responder a esas cuestiones he
querido actualizar los análisis de La
dominación masculina de Pierre Bourdieu[11].
Bourdieu no desarrolló mucho sus análisis sobre la dominación heterosexual,
pero resulta posible aplicar sus análisis sobre la dominación masculina a la
dominación heterosexual pues los mecanismos de la dominación son a menudo los
mismos, tanto si se trata del género, de la sexualidad, de la raza como de la
edad[12]. Esas
estructuras de dominación no eran ahistóricas o inconscientes. Eran, por el
contrario, como mostró Bourdieu, "el producto de un trabajo incesante
(luego histórico) de reproducción al cual contribuyen agentes singulares [...]
e instituciones"[13].
Pero si los discursos sabios producían la ideología sexual
dominante como reacción contra la "visibilidad" de los homosexuales
para delimitar la norma, ¿en qué consistía esa visibilidad[14]? En
primer lugar se manifestaba en la sexualidad en numerosos lugares públicos de
los cuales los urinarios fueron el sitio más característico de la subcultura
gay[15]. Un
intenso comercio sexual existía entonces en la mayoría de los urinarios de París
y Barcelona. Esa visibilidad se manifestaba también en los lugares de
sociabilidad como numerosos bares y clubes "especializados" en
algunos barrios de París y Barcelona. Habían espectáculos y concursos de
travestis en los Campos Elíseos, en Montmartre, en el Barrio Chino de
Barcelona. Algunas publicaciones los señalaban. Podíamos observar por ejemplo
en la calle o en las terrazas de ciertos cafés a homosexuales afeminados, otros
que se agarraban de la cintura o se besaban. La prostitución y la delincuencia
eran también prácticas muy frecuentes en lugares especializados como
Saint-Lazare, Montmartre, algunos bosques, el Barrio Chino y Montjuïc.
He intentado reconstituir la geografía y las prácticas de
esas interacciones tanto sexuales como de sociabilidad gracias a los archivos
de la Préfecture de Police de París, en particular una parte del legajo de la
Brigada Mundana, el legajo de la Sala de lo Penal de la provincia del Sena en
el Archivo de la ciudad de París, la prensa y los archivos jurídicos de los
tribunales de vagos y maleantes, y de peligrosidad y rehabilitación social de
Cataluña y Baleares conservados en Barcelona. Así muestro no solo cómo
funcionaban esas interacciones, sino que muestro también cómo las autoridades
judiciales y jurídicas vigilaban de manera irregular el mundo gay. Contra una
leyenda negra desde la subenmienda Mirguet en 1960 y las dos leyes franquistas
en 1954 y 1970, las cifras demuestran que no hubo una represión sistemática.
Incluso existía cierta permisividad, inclusive en Barcelona bajo la dictadura.
En Francia, las autoridades concentraban sus esfuerzos en
desexualizar el espacio público, proteger a los menores y la "moralidad de
las costumbres". La Brigada mundana vigilaba de cerca a los adultos
sospechosos o denunciados por relaciones con menores, independientemente de la
clase social a la que pertenecía el individuo. En cambio, los homosexuales
condenados bajo el franquismo pertenecían todos a las clases populares, pues la
homosexualidad estaba condenada si tenía alguna relación con la delincuencia,
la vagancia o la prostitución. Los homosexuales de las clases medias y
acomodadas que tenían un trabajo "honesto" y que podían justificar
sus ingresos no tenían nada que temer en absoluto de la justicia. Desde luego,
eran detenidos por la policía en los lugares de ligue o en los bares
especializados, pero ninguno aparece condenado. La justicia española era por
tanto una auténtica justicia de clase.
Frente a los discursos científicos y a las consecuencias
policiales y jurídicas en la vida de los gays, numerosos contra-discursos y
acciones estaban organizados para criticar las interpretaciones negativas de la
homosexualidad difundidas por la prensa, el psicoanálisis y la Iglesia
católica. Esa tradición literaria y esas asociaciones existieron antes y
después de los movimientos revolucionarios. Esos discursos críticos del orden
sexual no propusieron forzosamente una lectura política de la homosexualidad
como el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria a partir de 1971. Pero siempre existieron distintas estrategias
de resistencia. El Corydon de Gide,
el San Genet de Sartre y las obras de
Genet, de García Lorca y Cernuda constituían los libros más famosos, pero
existían también periódicos, médicos, asociaciones y escritores que criticaban
lo que llamo la concepción heterosexual de la sexualidad. El periódico Futur en los años 1950, la asociación
Arcadie y su revista, los escritores Pierre Hahn, Daniel Guérin, Françoise
d'Eaubonne o Terenci Moix en la prensa así como la asociación homófila española
y su boletín a partir de 1970. Los "invertidos" detenidos mostraban
también mucho coraje frente a la policía y los jueces al defender su
sexualidad. Por tanto los homosexuales no estaban condenados al silencio antes
de la liberación. Algunos intentaron romper con la concepción dominante de la
sexualidad.
Además, los acontecimientos de mayo del 68 y el bullicio
intelectual de los años 1970 influenciaron sobre todo al FHAR, mientras que
Arcadie y el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH) fueron al
principio muy críticos con los movimientos izquierdistas. De manera que no solo
existieron discursos críticos antes de 1970, sino que además, a partir de esa
fecha, no compartieron la concepción izquierdista revolucionaria del FHAR. Es
esa multiplicidad y diversidad de los discursos críticos que intento subrayar
gracias a los archivos de la prensa, del FHAR, de Arcadie, del Agrupamiento
Homófilo por la Igualdad Sexual (AGHOIS, un nombre que adoptó el MELH poco
tiempo después de su creación) y los de su fundador Armand de Fluvià. Y ya que no compartían todos esa concepción
revolucionaria, intento comprender cómo esa interpretación de la homosexualidad
acabó por imponerse. Este trabajo se propone por consiguiente, en la misma
línea que los trabajos de George Chauncey y Julian Jackson, situar los
movimientos de liberación en su contexto histórico para mostrar que en realidad
se trató de un "paréntesis" revolucionario porque no hubo
"silencio" verdaderamente[16]. Fueron
solo las modalidades de los discursos y las interpretaciones de la
homosexualidad que fueron cambiando.
Varias razones justifican la comparación entre París y
Barcelona. Las investigaciones comparativas sobre el tema se interesaron sobre
todo por ciudades de Europa del norte como si existiera un corte entre dos
mundos[17]. Por un
lado un modelo identitario noreuropeo y por el otro un "modelo
mediterráneo"[18]. Ahora
bien, parece que ese corte no es tan evidente entre Francia y España desde la
posguerra, al menos entre las dos capitales París y Barcelona, conocidas por
ser más "abiertas" a los homosexuales. Otras investigaciones deberán
comprobar si estas ideas se pueden aplicar a otras ciudades[19]. Me
parecía también interesante comparar dos países con regímenes políticos
distintos porque esta diferencia impuso a su vez categorías de análisis
binarios simplificadoras. Bajo la democracia los homosexuales serían
"libres", mientras que bajo la dictatura franquista los homosexuales
habrían conocido la "persecución" a gran escala, pero los archivos
demuestran que esa afirmación es totalmente falsa. Sendos gobiernos
consideraron la homosexualidad de una manera muy parecida. Aunque la moral
española no se centraba en particular en la moralidad de las relaciones
sexuales entre hombres. Se centraba principalmente en la relación entre
homosexualidad y delincuencia en los ambientes marginales y en las relaciones
con menores, mientras que las autoridades francesas lucharon por evitar todo
tipo de sexualidad en el espacio público. Ese moralismo a la francesa, asociado
a la importancia otorgada a los discursos psicoanalíticos en Francia, explica
en parte el "retraso" de ese país en conceder hoy la igualdad de
derechos.
Este trabajo cuestiona, por tanto, la actualidad de los gays
y de todas las minorías sexuales. Algunos derechos fueron arrancados gracias a
la determinación de diversos movimientos. Pero a pesar de numerosos cambios, al
mismo tiempo tenemos la impresión de que pocas cosas han cambiado desde la
liberación. Los discursos acerca de lo "contra-natura" y las
"terapias de cambio" o de "curación" siguen existiendo y
los crímenes homófobos siguen siendo numerosos. Parece también que a pesar de
ciertos avances para los gays y las lesbianas otros temas han vuelto a entrar
en el armario. Pensemos en particular en el caso de la pedofilia. En efecto, en
1973, un escritor francés abiertamente pedófilo, Tony Duvert, recibía en
Francia el Premio Médicis. Sin embargo, hoy parece imposible pronunciar
cualquier palabra sobre el tema sin condenarla. Duvert tendría hoy dificultades
para publicar sus libros. En España también los archivos muestran que las
relaciones homosexuales entre un mayor y un menor de edad (supuestamente de
acuerdos) estaban condenados a unos meses de cárcel o como máximo a un año en
Barcelona y a tres años en otros provincias catalanas. Significa que bajo la
dictadura las penas al respecto fueron muchísimo menos severas que hoy. Este
trabajo muestra por tanto que la evolución de la situación de los gays o de las
minorías sexuales en general no es un proceso lineal hacia el progreso. Esta
investigación es, pues, una invitación a reinventar la "liberación".
Este trabajo concierne solo la homosexualidad masculina, aunque a
veces hace algunas referencias a las lesbianas y al lesbianismo. Esta ausencia
se debe en parte a las diferencias culturales entre lesbianas y homosexuales.
La sexualidad en los lugares públicos por ejemplo no constituye un elemento
relevante de las culturas lesbianas. Las fuentes no son por consiguiente las
mismas y el acceso es en ocasiones difícil. Me denegaron por ejemplo el acceso
a los Archives Recherches Cultures Lesbiennes de París (ARCL) ¡porque soy un
hombre mientras rechazan explícitamente el sexismo en sus estatutos! Además, entre los 553 condenados por las
leyes de vagos y maleantes y la de peligrosidad y rehabilitación social entre
1956 y 1980 en Barcelona aparece solamente una mujer. En los archivos
judiciales en Francia hay prácticamente el mismo número de lesbianas. El FHAR,
aunque fue al principio una iniciativa de lesbianas, contaba solo con algunas
entre sus filas, como en Arcadie y en el Agrupamiento Homófilo de Igualdad
Sexual. Y la "visibilidad" a la que hacía referencia la prensa tenía
que ver en su mayoría con los hombres homosexuales. Por tanto este trabajo de
investigación sobre las lesbianas queda todavía por hacer[20].
Existieron, por supuesto, algunas diferencias entre Francia y España y
algunos desfases cronológicos. La Guerra Civil se terminó en España en 1939
mientras que en esta fecha comenzó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo elegí
como punto de partida para ambos países el año 1945 pues solo pude consultar
los archivos españoles a partir de esta fecha. ¿Dónde se conservan los archivos
relativos a los primeros años del franquismo? Esta pregunta queda aún hoy sin
respuesta. Por otra parte los movimientos de liberación no aparecieron en el
mismo momento. Se creó un movimiento en España en 1970 pero defendió una
concepción homófila de la homosexualidad gracias a la ayuda de Arcadie. Solo
defendió una concepción revolucionaria a partir de 1973 cuando recibió la
influencia de otros movimientos, pero en esta fecha el FHAR estaba ya muy
dividido. Además, si el movimiento español defendió una concepción
revolucionaria a partir de 1973, no quiere decir que rompió con las tesis
homófilas como el FHAR. Más bien se convirtió en un movimiento reformista
revolucionario. Esta investigación se detiene aproximadamente en 1975 porque
considero que es el final del periodo revolucionario en ambos países. Los
discursos contra el orden sexual no tuvieron tampoco las mismas características
debido a las diferencias de régimen político. La censura era mucho más poderosa
en España. Por tanto había menos voces críticas que en Francia y fueron más
moderadas. La represión policial fue bastante estable en Francia durante el
periodo estudiado mientras en España aumentó de manera significativa a partir
de la nueva ley de 1970 para frenar la oleada de liberalización que recorría
entonces Europa. Pero por regla general los discursos del orden dominante
fueron muy similares en ambos países al igual que las subculturas gays de París
y Barcelona. La comparación entre Francia y España muestra sobre todo que las
condenas fueron muy similares entre ambos países porque no condenaban si se trataba
de la primera detención, sino solo en caso de reincidencia. Según los archivos
catalanes, fue el caso en Barcelona, seguramente por el elevado número de
homosexuales. Parece que en algunas provincias catalanas unos homosexuales
fueron condenados tras la primera detención. Es probable que las autoridades
penales actuaran de la misma manera en las pequeñas ciudades españolas, pero no
en las ciudades importantes. Otras investigaciones a partir de otros archivos
regionales deberán probarlo.
Diré, para concluir, que no creo que sea yo quien los investige. Lo
intenté sin éxito en Andalucía y en Madrid. En mi caso, quisiera centrar mi
próxima investigación postdoctoral no en el periodo posterior de la Transición
ya muy estudiado, sino en los últimos años del franquismo en la capital
catalana donde existieron otros movimientos contraculturales. AGHOIS no fue el
único. Y esos grupos y esas publicaciones trataron también el tema de la
sexualidad de manera más abierta y politizada. Por tanto me interesaría ver en
qué consistieron esos discursos contraculturales en Barcelona, pues según los
archivos que he podido consultar parece que hubo una "movida" en esta
ciudad antes de la famosa movida madrileña. Si así fue efectivamente, me
gustaría saber ¿por qué existen numerosos estudios sobre esta última y no sobre
Barcelona? Espero que los resultados de este próximo estudio se publiquen
pronto y permitan arrojar una luz nueva sobre los distintos discursos acerca de
la sexualidad a finales del franquismo y rompan así con las categorías binarias
simplificadoras que caracterizan hoy la historia reciente de la sexualidad en
nuestro país.
[1] Florence Tamagne, Histoire de l'homosexualité en Europe
(Berlin, Londres, Paris, 1919-1939), París, Seuil, 2000; Frédéric Martel, Le rose et le noir : les homosexuels en
France depuis 1968, París, Seuil, 1996 (pero este libro es de poca
confianza); Francisco Vázquez García et Richard Cleminson, Los invisibles: una historia de la homosexualidad masculina en España,
1850-1939, Granada, Comares, 2011; Jordi Petit, 25 años más: una perspectiva sobre el pasado, el presente y el futuro
del movimiento de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, Barcelona,
Icaria, 2003.
[2] Julian Jackson critica la
idea según la cual el año 1971 sería el primer año de la homosexualidad en
Francia. Cf. Julian Jackson, Arcadie, la
vie homosexuelle en France, de l'après-guerre à la dépénalisation, París,
Autrement, 2009.
[3] Jacques Girard, Le mouvement
homosexuel, op. cit.,; Frédéric Martel, Le
rose et le noir, op. cit.; Armand de Fluvià, El moviment gai a la clandestinitat del franquisme (1970-1975),
Barcelona, Laertes, 2003; Ricardo Llamas y Fefa Vila, "Spain: Passion for Life. Una historia del
movimiento de lesbianas y gays en el Estado Español" en Xosé M. Buxán (ed.),
Conciencia de un singular deseo,
Barcelona, Laertes, 1997, pp. 189-224. Estas obras son solo algunas que hacen
referencia a estos temas, pero existen muchas más que retoman el mito de los
movimientos homosexuales y el año 1970 como el primer año de la liberación.
[4] Algunos ejemplos
significativos: John D'Emilio, Sexual Politics, Sexual Communities: The Making of a Homosexual
Minority in the United States, 1940-1970, Chicago, University of Chicago Press, 1983;
Jacques Girard, Le mouvement homosexuel, op.
cit.; Frédéric Martel, Le rose et le
noir, op. cit.; Julian Jackson, Arcadie,
op. cit.; Kerman Calvo, Pursuing
Membership in the Polity: The Spanish Gay and Lesbian Movement in Comparative
Perspective (1970-1997),
Madrid, Instituto Juan March, 2005; Jordi Monferrer Tomàs, Identidad y cambio social, Barcelona/Madrid, 2010; Armand de
Fluvià, "Los movimientos de liberación homosexual en el Estado
español" en M. S. Weinberg et C. J. Williams (ed.), Homosexuales masculinos, Barcelona, Fontanella, 1977; Armand de
Fluvià, "El movimiento homosexual en el Estado español", en José
Ramón Enríquez (ed.), El homosexual ante
la sociedad enferma, Barcelona, Tusquets, 1978; Ricardo Llamas y Fefa Vila,
"Spain: Passion for Life. Una historia del movimiento de lesbianas y gays
en el Estado Español" en Xosé M. Buxán (ed.), Conciencia de un singular deseo, op. cit.
[5] Arturo Arnalte, Redada de violetas. La represión de los
homosexuales durante el franquismo, Madrid, La esfera de los libros, 2003;
Fernando Olmeda, El látigo y la pluma.
Homosexuales en la España de Franco, Madrid, Oberon, 2004; Nathan Baidez
Aparicio, Vagos, maleantes... y
homosexuales. La represión a los homosexuales durante el franquismo, La
Garriga, Malhivern, 2007. Una recopilación, sin embargo, ha empezado a corregir
esos estudios demasiado generales: Javier Ugarte Pérez (ed.): Una discriminación universal. La
homosexualidad bajo el franquismo y la transición, Madrid-Barcelona,
Egales, 2008.
[6]
Matt Houlbrook, Queer London. Perils and
Pleasures in the Sexual Metropolis, 1918-1957, Londres/Chicago, University
of Chicago Press, 2006.
[7] Alberto Mira, De
Sodoma a Chueca, op. cit., pp. 287-413. Esta obra es excepcional.
Constituye el putno de partida de mis propias investigaciones; Alejandro
Melero, Placeres ocultos, gays y
lesbianas en el cine español de la Transición, Madrid, Notorious, 2010.
[14] Utilizo en este trabajo la
expresión "ideología sexual dominante" en el sentido de visión del
mundo impuesta por las clases dominantes.
[15] Utilizo el término
"subcultura gay" en el sentido de un mundo gay donde los individuos
están ligados por su común "desviación" con respecto a las normas. Cf
George Chauncey, Gay New York, op. cit.;
Didier Eribon, Réflexions sur la question
gay, op. cit. y Óscar Guasch, La sociedad rosa, Barcelona, Anagrama,
1991.
[16]
George Chauncey, Gay New York. Gender,
Urban Culture and the Making of the Gay Male Word, 1890-1940, Nueva York,
Basic Books, 1994; Julian Jackson, Arcadie,
la vie homosexuelle en France, de l'après-guerre à la dépénalisation, París,
Autrement, 2009.
[19] No comparé París con Madrid
porque aún es imposible hoy consultar los archivos judiciales y jurídicos sobre
los gays en esta ciudad.
[20] Unos trabajos de calidad
desigual salen a la luz poco a poco en España. Por ejemplo, Raquel Osborne
(ed.), Mujeres bajo sospecha. Memoria y
sexualidad, 1930-1980, Madrid Fundamentos, 2012; Raquel Platero (ed.): Lesbianas. Discursos y representaciones,
Madrid, Melusina, 2008; Raquel Platero,
"Lesboerotismo y la masculinidad de las mujeres en la España
franquista", Bagoas, nº 3, pp.
15-38, 2009.
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