Francisco Molina Artaloytia, miembro del grupo HUM-536, acaba de publicar un capítulo titulado ""¿Quién es qué ante la “razón sexológica”? Reflexiones filosóficas y teológicas sobre las sexualidades no normativas", dentro del volumen colectivo coordinado por Javier De la Torre y titulado Diversidad sexual y cristianismo en el siglo XXI. Espiritualidad, Teología y Política, editado por Dykinson. El trabajo se encuadra dentro de la elaboración de su investigación doctoral sobre homosexualidad y teología cristiana. Se incluye debajo un resumen del libro, cuyo prólogo se puede descargar gratis aquí.
En este libro, un grupo de personas pretendemos establecer puentes entre el cristianismo y la diversidad sexual. Mayoritariamente somos un conjunto de teólogos de diversas Iglesias cristianas, junto con algunos filósofos y psicólogos, pastores y religiosos que trabajan académica y pastoralmente en la diversidad sexual.
La estructura de este libro se enraíza en cuatro fuentes: la hermenéutica bíblica, la hermenéutica de la tradición y los magisterios, la hermenéutica de la filosofía y las ciencias y la hermenéutica de la experiencia humana. La estructura hermenéutica de cada una de las partes se funda en que nos sentimos en un camino de profundización y de comprensión todavía en estos temas. Una paradoja del conocimiento humano es que en cuanto más ahonda, más siente que le queda por captar la totalidad del misterio de la realidad.
El libro contiene muchas piedras preciosas. Aparte de una profunda y amplia exégesis de los textos más clásicos vinculados a la homosexualidad (Levítico, Romanos, Génesis), el lector se encontrará el testimonio sincero de un proceso de justicia restaurativa de una víctima de la Iglesia, la reflexión sobre la formación pegada a la realidad de una comunidad cristiana de homosexuales a lo largo de más de una década, un análisis de los discursos homófobos todavía tan presentes en lo público, la relevancia de la aceptación de la persona LGTB en la familia junto con reflexiones de profundo calado filosófico y teológico, etc.
Más allá de todas estas páginas, a todos los que escribimos este volumen nos mueve una profunda pasión por abrir la puerta de las Iglesias cristianas a las personas que sienten y viven la diversidad sexual. La Iglesia es un lugar bello con un precioso patrimonio espiritual, una comunidad fraterna, una comunión de amor -siempre limitada e imperfecta- donde vivir con hondura la fe, la esperanza y la caridad. Ojalá muchos se animen a cruzar el umbral y entrar en nuestras comunidades e Iglesias. También late en nosotros la pasión para que las Iglesias cristianas reconozcan cada vez más el profundo valor de la diversidad sexual como un don para las Iglesias y sepan mirar a cada persona con la hondura y profundidad del Señor Jesús, el Hijo de Dios.
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