Nuestro proyecto de
investigación se enmarca en una tradición teórica y
metodológica inspirada por Foucault y conocida en el mundo anglosajón con la
denominación de Studies on
governmentality. En nuestro país, esta línea
ha sido desarrollada por distintos investigadores que han analizado el
“gobierno biopolítico” de las poblaciones en distintos periodos históricos y en
relación con la formación de diferentes disciplinas (Julia Varela, Fernando Álvarez-Uría,
Antonio Campillo, Francisco Vázquez García, Salvador Cayuela, Francesc Calvo
Ortega). En nuestro trabajo partimos de este
trasfondo teórico-metodológico para analizar las condiciones que hicieron
posible la aparición de la deficiencia mental infantil como objeto científico
en España durante el primer tercio del siglo XX. Examinamos la “infancia
deficiente” como ejemplo de la biopolítica
interventora (concepto desarrollado por Vázquez García, 2009:201)
desarrollada por distintas instituciones y saberes
especializados en la población de los menores. Para ilustrar este proceso
estudiaremos un caso representativo: el de los reformatorios de la infancia,
concretamente los establecidos en la provincia de Sevilla desde 1920 a 1939.
La muestra estudiada tiene como eje el análisis de los archivos de ingreso y
los de evaluación de los internos de la Casa de Observación y la de Tutelaje de
Menores de San Francisco de Paula, consideradas ambas instituciones auxiliares
del Tribunal de Menores de Sevilla. El trabajo por
tanto tendrá dos partes diferenciadas. En la primera examinaremos el contexto
general de formación en España de un saber específico y de un espacio institucional
referido a la infancia mentalmente deficiente. Para ello, además de contrastar
la literatura secundaria existente, cruzaremos fuentes de distinta índole, desde los
ensayos científicos de psiquiatría que pretenden cuantificar el comportamiento
de la inteligencia humana, los primeros manuales de psicología infantil y de
pedagogía para anormales, los primeros datos estadísticos que trazaron la
primera medida nacional del Coeficiente Intelectual, etc. Trazaremos así un mapa global de la gestación de este campo
profesional y técnico en la España de 1907-1940.
En la segunda parte nos centraremos en el análisis de las instituciones mencionadas, cuya fuente documental procede del Archivo Provincial, datos del Tribunal Tutelar de Menores en Sevilla a principios del XX. La Casa de Observación San Francisco de Paula se construye como tal en 1929, dando lugar así a uno de los observatorios psicológicos más importantes y modernizados de la región andaluza. Estos centros eran verdaderos laboratorios donde la Psicología española pudo disponer de un acceso a la práctica experimental con sujetos. La “ficha” psicobiomédica es la herramienta principal de diagnóstico del internado, esta va evolucionando desde 1908 hasta que se consolidan en el país algunos de los modelos europeos para medir la inteligencia asociada a los procesos cerebrales, fundamentalmente la escala Binet-Simon de control de la inteligencia anormal, la curva de la inteligencia de Vermeylen o los tests desarrollados por Claparède. El San Francisco de Paula es el primer centro andaluz equipado con los últimos instrumentos de medida biométrica de la inteligencia. En el fichero de este centro aparecen los resultados obtenidos por el experto en el peritaje de la inteligencia del menor durante los años 1930 y 1931, y la ejecución del juez de menores por sentencia de ingreso o salida de la institución de observación psicológica. Este caso nos ha permitido comprobar que el modelo andaluz se repite en todo el país, de hecho la institución andaluza aparece posteriormente a la creación de las primeras instituciones de análisis de la inteligencia desde 1917 en adelante, situadas en Madrid, Barcelona y Valencia. La influencia de las teorías eugenésicas en el cálculo de la inteligencia anormal pretendió determinar también el patrón biológico de la moralidad, entendiendo este hecho como un proceso natural cuantificable del comportamiento. La unión de las disciplinas psicológicas con las ciencias humanas fomentará el valor de la estadística como herramienta de especial relevancia para la caracterización de los diferentes tipos de la inteligencia. Desde 1910 en adelante un gran de número de médicos, psiquiatras, psicólogos e intelectuales españoles puso especial atención en el alto grado de analfabetismo de la nación. Este grado de analfabetismo tiene implicaciones patológicas propias de las enfermedades sociales, origen de la degeneración generalizada de las clases populares. La carencia de hábitos de higiene saludables habría infundado en el espíritu de la clase más pobre una serie de comportamientos de riesgo. El delincuente en la literatura criminalística se transforma en el idiota tipo bobo de la psicología infantil. De ahí que el objetivo común de estos científicos psy no variara demasiado entre diferentes campos: la profilaxis y la reestructuración higiénica del espíritu popular se transformó en el gran proyecto biopolítico de la institución estatal española durante la Restauración hasta la Segunda República.
La inteligencia se
sitúa en el centro del mencionado análisis de la deficiencia intelectual en la
población de menores. El Tribunal de menores emplaza si lo estima oportuno, a
través del experto en psicología infantil, qué institución corresponde al
ingreso (ya que en este etapa se diferencia entre Reformatorio, Casa de
Observación, Asilo o Escuela Anormal). Para saber con rigor qué tipo de
institución corresponde al ingreso del menor, el experto psy utiliza la “ficha psicobiomedica” que establece una
correspondencia entre la categoría de deficiencia mental y el proceso que debe
afrontar.
Este proyecto científico
e institucional supuso el desarrollo de nuevas tecnologías que permitieron
consolidar los saberes de las ciencias psy
en toda Europa (Rose, XXXX:XX) y en España como enclave fundamental para la
biopolítica interventora (Vázquez García, 2011:201. La degeneración mental
llegó a formar parte de todo un despliegue de técnicas para la previsión de
riesgos por la amenaza de esta ‘epidemia’, tal y como la nombra el psiquiatra
Lafora. El nuevo enemigo biológico
(Lafora, 1917:XX) puso en liza un nuevo concepto de la infancia –antes menospreciado por la ciencia– que inmediatamente
vehiculó la creación de instituciones para la reestructuración aséptica de la
población infantil a través de la idea del “homo
hygienicus” (Vázquez, íbidem, página 204), en el que la infancia se sitúa
ahora como sujeto privilegiado de estudio.
Los datos recogidos en
las evaluaciones periódicas del San Francisco de Paula nos permiten albergar la
hipótesis de que las ciencias psy aparecen
como proyecto de higienización mental de la población ante el problema de la
degeneración; esta degeneración mental puede tener un origen hereditario o
congénito (Lafora, 1917:XX). Dependiendo de si la degeneración mental procede
del ambiente o del organismo, el proceso del tratamiento reformatorio varía, aparecen dos categorías, la anormalidad irreversible
o la reformable. La conducta desviada puede ser explicada como enfermedad
mental y, según el origen de la lesión mental que produzca esa degeneración, la
solución puede resultar reformable o intratable. El ambiente social (desde las
prácticas morales y religiosas del núcleo familiar hasta los hábitos sexuales y
de higiene) determinará las condiciones congénitas de la degeneración. Los
tipos de degeneración mental, al ser una enfermedad social, cumple con el
dominio de enfermedades mentales de la época como el alcoholismo, el barrio
donde vive el menor, los antecedentes penales del menor y del entorno familiar,
etc. Estos parámetros van a condicionar el estudio sobre la población española
(Álvarez-Uría, Varela, 20XX:XX) para alcanzar los objetivos que propone el experto psy. Esta línea de investigación
nos permitirá llevar a cabo un recorrido a través de las relaciones entre los
diferentes grupos de científicos psy,
que se encargarán de estudiar por primera vez la media del Coeficiente de Inteligencia
Nacional infantil.
Ante el riesgo de
epidemia, el enemigo biológico de la
deficiencia mental debe ser controlado, para ello las ciencias psy deben
determinar a través de estas herramientas de medida de la enfermedad mental
infantil, el concepto de inteligencia del grupo social; asistimos así a la comprensión de los procesos
psicológicos básicos que componen la inteligencia (cuyas funciones principales
son la memoria, la imaginación, el razonamiento abstracto y el talante moral).
Esta inteligencia cuantificada permitirá establecer la medida objetiva de las
patologías mentales del menor. La inteligencia infantil es algo así como el
motor y la primera etapa del desarrollo cerebral óptimo. Para las nuevas
técnicas de gubernamentalidad la protección de la infancia es un seguro de
desarrollo social. El adulto desviado
desde su infancia consolidaría comportamientos que, a su vez y por distintas
leyes genéticas (Mendel 19XX:XX), podrían transferirse a las generaciones
posteriores. Aunque la selección natural tiende a restablecer el orden de la inteligencia
normal, el científico psy puede
desarrollar ciertos mecanismos para conducir la selección artificial y prevenir
las desviaciones de la psique. En el ámbito de la educación se hará necesario
también una serie de prácticas higiénicas recomendadas a partir de ahora por
los expertos psy. Mencionaremos de
pasada la influencia en la época del concepto de mente de la filosofía
ilustrada escocesa y la posterior self-mind
inglesa.
En nuestro estudio de
caso hemos analizado las diferentes categorías que definen el ingreso en una
institución mental. Los menores con problemas intelectuales se clasifican en
grupos estandarizados de perfiles psicológicos o biológicos recogidos a través
de las pruebas. El Tribunal Tutelar de Menores tiene como función principal la
de prevenir la degeneración mental del menor, por lo que comportamientos como el
hurto menor, la “imaginación desbordante” o la desviación moral son tipos de
caracterización biológica y psicológica ahora. Estos comportamientos
patológicos pueden tener múltiples orígenes, las taras orgánicas y los
antecedentes hereditarios, la situación moral e incluso el ambiente delictivo
que fomenta una mente inmadura. Los tipos de la desviación infantil quedan tipificados
en los efectos que el tipo de vida de la industrialización capitalista tuvo en
la población infantil y en las nuevas familias de la clase obrera. Los tests
analizados nos han ofrecido un número determinado de perfiles típicos en los
casos de ingreso: el débil tipo bobo,
el subnormal o el falso anormal son algunos de los perfiles
que nos han permitido vincular la explicación biológica de determinados
comportamientos delictivos con patologías mentales en el mundo infantil, así
como las diferentes tipologías de desviación intelectual como la falta de
concentración y atención, la incapacidad de abstracción o la relación compleja,
la escritura y la lectura. Esta caracterización supuso la consolidación del
nuevo campo de estudio científico que abordaremos a través de un pequeño
estudio sociológico de los psicólogos de la inteligencia.
Hasta entonces el menor
deficiente mental quedaba a cargo de la familia, o bajo evaluación experta, el
Estado ahora va a delegar en los expertos que se harán cargo de su conducta. La
tutela absoluta (buscar concepto,
Rose???) aparece como otro de los dispositivos fundamentales para el ingreso de
menores en esta institución. El objetivo principal del Tribunal Tutelar de
Menores surge como proyecto de protección a la infancia (citar primera ley de
protección de la infancia, 1917?), objetivo para el que fueron diseñados los
centros de control de la infancia mentalmente deficiente. La comprensión de la
organización nacional del estudio de la infancia mentalmente deficiente nos ha
permitido comprobar cómo el discurso del degeneracionismo mental reestructuró
la consideración sobre la infancia, la educación y la inteligencia. El concepto
de la edad mental contenido en los
tests de coeficiente intelectual, inaugura el análisis de la madurez personal e
intelectual, modelo de madurez propio de los cánones morales de una élite
económica y de su nuevo modelo educativo, profesional e incluso clínico. La
profusión de trabajos sobre la normalidad mental en los menores desde 1917,
trazarán un dominio de comportamientos desviados como ejemplos antitéticos de
la madurez psíquica y de sus etapas de
desarrollo normal.
Gracias a los informes
judiciales de ingreso del Tribunal de Menores y a los informes periciales de
los expertos en psicología infantil hemos podido comprobar la tendencia a la
diversificación de estas instituciones en dos campos distintos: la institución
mental, institución de encierro total para la desconexión del deficiente con la
población, y el tratamiento reformatorio, fundamentalmente diseñado para la
reinserción laboral del menor deficiente. Como consecuencia aparecen los
primeros Institutos Psicotécnicos de Orientación Laboral y Educativa; el perfil profesional aparecerá evaluado con
los mismos tests de ingreso utilizados por los Reformatorios (Del Cura,
2011:XX)
Esta información nos
permitirá trazar un ritmo de la transformación en la consideración de la
enfermedad mental infantil. La profusión de técnicas y laboratorios
experimentales, así como iniciativa privada y la Iglesia católica española, hacen
emerger un nuevo campo del estudio de las personas en las ciencias humanas. El
valor de los estudios neurobiológicos y el impulso del premio Nobel de Cajal, aumentarán
tímidamente el valor internacional de los estudios psicológicos españoles. Las
reformas son a veces improvisadas y abandonadas por falta de fondos. Sin
embargo estas instituciones no se verán afectadas por los avatares de la
Segunda Guerra Mundial (fatalmente beneficiadas, al contrario, por el modelo
social fascista). En el caso propuesto, la evolución de las herramientas de
medida y de la historia de las instituciones nos permitirá medir el impacto de
este proyecto en la sociedad española.
Palabras clave:
infancia, sociología de la enfermedad mental, psicología, epistemología,
ciencias psi, biopolítica, historia de la psicología, medicina social.